En Portugal están las playas más espectaculares del mundo. Bueno, no he ido a todas, pero si tengo la opción de tomar fotos desde lo alto de una cala (aw Kala) y de disfrutar de aguas celestes, para mí es suficiente.
Era setiembre del 2018. Creo que para esa época Europa entraba a otoño, pero ese día se sentía como verano. Y Lagos era un pueblo tan amable que se me ocurrió caminar desde mi hostel hasta una de las playas cerca del faro. Me perdí. Y en la calle hice un amigo que también estaba extraviado. No me acuerdo su nombre (perdón compañero), pero sí que era de Minsk. Él estaba muy sorprendido de que yo, una latina tercermundista, conociera su ciudad… Seguramente no vio Friends.
En la caminata rumbo a Ponta da Piedade nos encontramos con La playa San Camilo. Nos metimos al mar (¡dejamos nuestras cosas en la arena y nadie se las robó!). Luego me tomó esta foto. Como yo, muchas otras personas también nadaron.
Y nadaron.
Y nadaron.
Y así, cuando salí y los vi desde lo alto del acantilado, noté que uno de ellos chocaría contra una flor.
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Ficha Técnica de la foto en el microcuento:
Canon, PowerShot SX530 HS.
Lagos, Portugal. 2018.
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