ALERTA DE SPOILER: INSERT COIN
En 1757, durante la guerra de los 7 años, los británicos y los indígenas norteamericanos lucharon por terrenos casi como las familias cuando moría un tío adinerado. Hawkeye, un cazador y guía, se unió a Chingachgook, mohicano anciano, para proteger a Cora y Alice, las hijas de un coronel británico. Luego pasaron más cosas y contarlo sería spoiler.
Round one, ¡fight!
James Fenimore Cooper escribió la historia en tercera persona omnisciente, para que el lector respirara la naturaleza, el viento de los Mohicanos y el sudor de los ingleses. Creo que esta historia no se hubiera podido contar de otra manera, porque si hubiera estado en primera persona algunos detalles históricos se perderían. Aunque… ¿Si hubiera sido desde el punto de vista de Hawkeye?
Christopher Crowe y Michael Mann adaptaron el texto a la película. Un guion un tanto diferenciado del libro, principalmente porque su protagonista era Daniel Day-Lewis y eso ameritaba que estuviera bastante tiempo en escena. En 1992, Daniel ya había ganado un Óscar.
La principal diferencia entre el libro y la película, fue que la película solo me quitó dos horas de mi vida. Hablando en serio, la principal diferencia fue la relevancia de Cora. En el libro no tuvo tanta importancia mientras que en la película la trama no avanzaba sin que ella estuviera presente de alguna forma. Por su relación amorosa con Daniel Day-Lewis. También, hay muertes que suceden diferente y el final tiene otro desenlace. En líneas generales, la historia es muy parecida.
Round two, ¡fight!
Como se podrá suponer, el libro tiene como punto fuerte su narración. La creación de su mundo es necesaria para poder ambientarnos en esa época. Lo que convierte al texto en uno más reflexivo. El narrador hizo un buen trabajo en trasladarnos a 1754 o por ahí.
Mientras que el punto fuerte de la película es Daniel Day-Lewis. Siempre es una buena idea verlo actuar, porque a pesar de que me aburrí con la película, él ayudó a que la acción sea menos pesada.
K.O.
Como habrán notado, me aburrí muchísimo con la historia. Sin embargo, lo audiovisual transitó más rápido que el texto. Por eso, debo dar como ganador a la película. También, porque Daniel Day-Lewis y Madeleine Stowe me caen bien. Así es, la imparcialidad del aburrimiento ganó en esta ocasión.
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